Existen dos formas de luchar contra las drogas:
1. La reducción de daños: políticas, programas e intervenciones destinadas a minimizar las consecuencias adversas provocadas por el consumo de drogas (legales o ilegales). Se basa en la implementación de medidas de salud pública que consisten en la legalización, en la inversión en centros especializados en el tratamiento de adicciones, etc.
2. Las políticas de intolerancia: medidas de lucha contra el consumo y el tráfico de forma represiva. Es conocida como la guerra contra las drogas. Consiste en una lucha frontal, a través de las fuerzas militares y policiales del Estado, que busca acabar con el tráfico ilegal de sustancias.